Inés
Como siempre despierto en la mañana en el
hospital, con una enfermera cambiándome el oxigeno y mi mamá, dormida en el
sofá. Me siento culpable de alguna
manera , mis padres siempre sufren por verme enfermo.
Hace unos días me
metieron a un grupo de apoyo donde unos adolescentes sufren de cáncer, empecé
la semana pasada y no me siento muy cómodo ni contento ahí.
No me gusta que justamente cuando termine
la secundaria me detectaron cáncer y no pude volver a la escuela, ya llevo dos
años asi.
En el grupo de apoyo conocí a una chica,
era muy hermosa, pero no podía verla por siempre, ya que dentro de dos semanas
me tendrán que operar de los ojos y me quedaré ciego, solo se una cosa, que lo
último que quiero ver antes de mi operación es ver la cara de esa chica.
Esta semana me toca de nuevo el grupo de
apoyo, busco a esa chica pero no está, espero , pero no llega. Después de un
momento la veo entrar por la puerta y se sienta a lado de mí, platicamos, nos
conocemos, quedamos en salir después de
una semana. Así me volvía a sentir muy
bien, solo quedaban tres días para mi operación.
Un día antes llega la mamá de esa chica y
me dice que murió.
En la noche me sentía destruido, aunque no
tuve mucho tiempo para conocerla, me sentía muy enamorado de ella.
Ya
en mi operación me sentía asustado, sentía como los cuchillos y todas esas
herramientas me abrían los ojos, se que no podía ver nada, pero lo único que
podía ver era la cara de esa chica. Y vi una luz blanca, escuche un sonido y no
volví a sentir ni ver nada.